
Te miro, veo la intensidad de tus ojos y no sé ni por dónde empezar. Me arrolla un torbellino de sentimientos.
No sé qué pasará, no sé cómo será esta nueva etapa en la que te vas a convertir en hermana mayor.
Me gustaría poder prometerte que nada va a cambiar en tu mundo, pero no creo que sea así, aunque ni siquiera te lo puedo afirmar con seguridad. Me gustaría al menos poder prometerte que si las cosas cambian serán sólo para bien, pero no te quiero mentir. Será para bien, papá y yo te estamos haciendo el mejor regalo del mundo, pero incluso las luces más brillantes provocan sombras y sé que será una etapa con muchas de ellas. Llena de momentos difíciles en los que que sentirás que nada es como antes y en los que tú también, al igual que yo, tendrás emociones encontradas.
Quizá sientas que mamá no estará de la misma forma para ti, que no te presta la misma atención, que no eres mi centro o incluso lo que más me dolería, que no te quiero igual. Ojalá que no sea así, pero no puedo prometerte que no vaya a serlo.
Lo que sí puedo prometerte es que intentaré con todas mis fuerzas que los momentos difíciles sean los menos. Puedo prometerte también que voy a poner todo mi empeño en ahuyentar las sombras y en arrojar luz cuando la necesites, cuando no entiendas que está pasando, cuando sientas que todo ha cambiado y ya nada es igual, cuando no comprendas lo que sientes. Puedo prometerte que siempre estaré para ti, para escucharte, acompañarte y abrazarte, aunque eso suponga tener que hacer malabares. Puedo prometerte y te prometo que aunque esté tremendamente cansada antepondré siempre la comprensión y me pondré en tu lugar. Y que cuando pidas mimos o atención, aunque pueda ser en el momento más complicado, lo tendrás.
Puedo prometerte que seguirás siendo mi centro, ¿cómo no vas a serlo? Tú que me hiciste y me haces cada día mamá. Tú que brillas con luz propia e iluminas mis días. Serás siempre mi centro.
Y sobre todo mi pequeña, te prometo que mi amor por ti no menguará ni se dividirá. No cambiará y en todo caso, si lo hace, se multiplicará. Igual que lo ha hecho cada día desde que naciste con cada uno de tus gestos. Igual que lo hace cada día en que dedicas una mirada, un beso, una caricia o una palabra hacia mi barriguita, hacia tu hermana.
Hay muchas cosas que no te puedo prometer mi niña, pero hay muchas más que sí. Y así lo hago hoy, estando a mitad de este camino, estando a tan poco de conocer a tu hermana.
Te prometo que no será fácil, pero te prometo que valdrá la pena. Será lo más bonito que podamos compartir mi dulce y alocada niña, y nos hará más fuertes, JUNTAS.
Te prometo que esto no nos alejará, te prometo que el amor por tu hermana nos unirá aún más. Que el vínculo que tenemos aumentará y se intensificará. Y te prometo, que nunca, nunca, te dejaré de amar ✨